RICOS EN TIEMPO SI LO COMPARTIMOS ENTRE TOD@S: LIBROS QUE HABLAN, HOY 24 DE OCTUBRE
Se ha definido la pobreza de tiempo como “la condición de algunos individuos que no tienen suficiente tiempo disponible después de trabajar - en trabajo remunerado o no - y después de haber realizado las actividades necesarias". Hay otras definiciones, pero todas se ajustan a esta cuestión, a no disponer de tiempo para aquello que realmente queremos o que podemos definir como nuestro propósito u objetivo en la vida.
La pobreza de tiempo tiene una vinculación importante con la distribución de los tiempos vitales, que se pueden agrupar en los cinco tiempos que se presentan a continuación:
1. Tiempo dedicado al mercado laboral (es decir, con el tiempo invertido en un trabajo remunerado);
2. Tiempo dedicado a los cuidados y la reproducción social (es decir, el tiempo de trabajo para otras personas, sin remuneración);
3. Tiempo dedicado a la movilidad, para desplazarse de un lugar a otro para poder llevar a cabo estas actividades.
Y en función del tiempo restante, una vez se han cubierto las necesidades derivadas de estas esferas, la pobreza de tiempo tiene una incidencia en los tiempos restantes:
4. Tiempo de participación social o política (es decir, tiempo que se destina a la comunidad o sociedad);
5. Y el tiempo personal (que es el tiempo de cuidados propios, de inversión en uno/una mismo/a y de socialización con finalidades de ocio y disfrute).
Tiempos estos dos últimos que inciden en lo que antes denominamos propósito de vida, objetivos personales o motivación para cumplir todas nuestras expectativas, nuestros deseos, nuestra vocación, aquello que en definitiva nos hace ser felices y plenos.
Pero en los usos del tiempo también prevalecen diferentes brechas o situaciones que los determinan, como pueden ser:
LA BRECHA DE GENERO:
La pobreza de tiempo o la falta de tiempo propio tiene fuertes implicaciones de género, ya que las mujeres a menudo se enfrentan a una carga más importante de trabajo no remunerado y de responsabilidades familiares, cosa que limita su disponibilidad de tiempo para otras actividades. Por lo tanto, si se quiere abordar la pobreza de tiempo, hará falta reconocer y poner freno a las desigualdades de género, y promover así una distribución equitativa de los tiempos y de las responsabilidades de reproducción social. Los hombres se aprovechan del tiempo de las mujeres cuando no asumen su responsabilidad en los trabajos de cuidados.
LA BRECHA RACIAL:
Las desigualdades sociales y económicas relacionadas con la raza y/o la etnia sí que determinan una posición de desigualdad estructural en estas personas, que las arroja a ocupar, de manera general, peores puestos de trabajo (con horarios más irregulares y con menos posibilidad de conciliación entre vida laboral, social, personal y familiar), a tener menos redes relacionales (ya que muchas están en el país de origen) y a tener menos posibilidades de disponer del tiempo propio de manera soberana.
En el ejemplo concreto de las trabajadoras de la limpieza se pone de manifiesto cómo raza, género y clase interactúan y crean sujetos con más posibilidades de sufrir pobreza material y falta de tiempo propio.
LA BRECHA ECONOMICA:
El estatus socioeconómico es un determinante crítico de la pobreza temporal. Las personas con ingresos bajos a menudo se enfrentan a condiciones laborales precarias, desplazamientos largos y un acceso limitado a un sistema de cuidados de infancia y de personas mayores asequibles. Estos factores dan lugar a horas de trabajo más largas y menos tiempo disponible para el ocio, la familia y el autocuidado. Además, la falta de recursos económicos dificulta su capacidad de externalizar las tareas y comprar comodidades que les permitan ahorrar tiempo.
Aparte del sexo, la raza/etnia/origen y la clase social, hay otras variables que condicionan fuertemente la posibilidad de sufrir pobreza temporal. Una de ellas sería la de discapacidad o diversidad funcional. Otra sería la organización familiar: Las familias monomarentales experimentan también niveles más altos de pobreza temporal, en comparación con los hogares biparentales.
¿Y en qué tiempos podemos nosotr@s intervenir?
En el tiempo dedicado al mercado laboral (es decir, con el tiempo invertido en un trabajo remunerado): POLITICAS DE REDUCCION DE LA JORNADA LABORAL, SEMANA LABORAL DE CUATRO DIAS, BUSCANDO UN TRABAJO EN MEJORES CONDICIONES;
En el tiempo dedicado a los cuidados y la reproducción social (es decir, el tiempo de trabajo para otras personas, sin remuneración): AYUDAS ECONÓMICAS PUBLICAS, APOYO A UNIDADES FAMILIARES, COMUNIDADES QUE COLABORAN;
En el tiempo dedicado a la movilidad, para desplazarse de un lugar a otro para poder llevar a cabo estas actividades: CIUDADES DE LOS 15 MINUTOS, AUGE DEL TELETRABAJO, PROPUESTAS DESDE LA ECONOMIA COLABORATIVA;
En el tiempo de participación social o política (es decir, tiempo que se destina a la comunidad o sociedad): PARTIDOS POLÍTICOS, MOVIMIENTOS CIUDADANOS, REDES SOCIALES;
En el tiempo personal (que es el tiempo de cuidados propios, de inversión en uno/una mismo/a y de socialización con finalidades de ocio y disfrute): RESULTADO DE LOS AJUSTES DE LOS DEMÁS TIEMPOS.
¿Te animas a escribir algunas medidas más que creas pueden afectar positivamente a un mejor uso del tiempo? ESCRIBE UN COMENTARIO DESPUÉS DE ESTE POST.
Los Bancos de Tiempo son un recurso y una herramienta optima para facilitar unos mejores usos del tiempo, a partir de una comunidad empoderada que pone sus recursos a disposición de tod@s, sin necesidad de requerir de la economía formal y de otras dependencias ya sean públicas o privadas – recursos que en algunas ocasiones incluso no están tampoco a nuestra disposición, de manera estructural o en casos de emergencias o crisis, estas ultimas cada vez más habituales. En un Banco de Tiempo no estás únicamente para recibir servicios y favores como si fuera un mercado alternativo, estás para compartir tu vida con los demás, empoderarte como persona y como ciudadano y para cumplir tus sueños, los propios y los compartidos como comunidad.
Además, los Bancos de Tiempo se adaptan a los problemas de los entornos sociales donde actúan: problemas de soledad no deseada, desempleo de larga duración, ausencia de actividades culturales y educativas en el entorno, ausencia de cuidados por unidades familiares cada vez más pequeñas e incluso inexistentes, envejecimiento de la población sin políticas públicas adecuadas y respetuosas con su derecho de poder vivir en su entorno de toda la vida, deshumanización de las relaciones interpersonales, falta de espacios para el intercambio y la socialización… en definitiva, el tiempo que tenemos lo disponemos para los demás y para nosotros mismos, en un entorno de igualdad y reciprocidad, complementario a una realidad cada vez más individualista alejada de la ciudadanía y de sus verdaderas aspiraciones, ya sean personales o colectivas.
Hoy 24 de octubre y en diferentes ciudades realizaremos una actividad donde personas se abrirán a los demás emulando que son libros humanos, permitiendo que otros lean todo aquello que les quieren contar sobre sus usos del tiempo, en un día además especial para el mundo del libro: LIBROS QUE HABLAN DEL TIEMPO, del uso que hacen de él y de cómo mejorar nuestras vidas con un uso más racional, humano y de calidad del tiempo que tenemos: somos RICOS EN TIEMPO SI LO COMPARTIMOS ENTRE TOD@S, dotando además de propósito a nuestras vidas.
Texto con motivo de nuestra actividad LIBROS QUE HABLAN en alianza con TIME USE INITIATIVE y dentro de su semana de los USOS DEL TIEMPO, hoy 24 de octubre, Día mundial de las Bibliotecas. Información extraída del libro “De la pobreza de tiempo al tiempo para la vida : aproximaciones teóricas y orientaciones prácticas”: http://hdl.handle.net/11703/132802
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